miércoles, 25 de mayo de 2016

Livin' la vida friki

TIHUATLÁN, Ver., 25 de mayo de 2016.- Este 25 de mayo se celebra el Día del Orgullo Friki, una conmemoración que año con año llega a más países y a más personas.

Aquellas personas que se engloban a sí mismos como parte de esta comunidad, el ser “friki” consiste en la afición y pasión, por actividades de entretenimiento cultural, entre ellas las películas, las historietas, series animadas y de actores reales, libros, tecnología e incluso deportes como el futbol.

El término ‘friki’, que derivó del vocablo inglés ‘freak’, raro, nació entre los aficionados de España, quienes a través de revistas especializadas en temas de historietas y videojuegos, comercializadas en América Latina a inicios de 2000, popularizaron el término.

El Día del Orgullo Friki comenzó a celebrarse en 2006 en España, a través de una convocatoria en las redes. La fecha del 25 de mayo se escogió por coincidir con el estreno en 1977 de la primera película de Star Wars, A New Hope, de George Lucas, así como el Día de la Toalla en 2001, un tributo a Douglas Adams, autor de la radio comedia The Hitchhiker's Guide to the Galaxy.

A la celebración del Día del Orgullo Friki en México acuden cientos de jóvenes quienes realizan una marcha-desfile mostrando sus aficiones, en ocasiones disfrazados de sus personajes favoritos de libros, videojuegos, series o historietas, actividad que llaman cosplay.




EL FRIKISMO NO ES UNA ACTIVIDAD EXCLUSIVA DE NIÑOS
No solo los jóvenes que acuden a las marchas, convenciones y concursos de disfraces o cosplay, son los representantes de este sector.

Hoy en día, muchos adultos viven sus aficiones ‘frikis’ en el tiempo que les queda entre el trabajo y la familia. Y esa falta de tiempo para leer historietas, ver películas o jugar, la compensan con la solvencia económica para adquirir los artículos que antes no se podían permitir.

Zayra, propietaria y administradora de un cyber enfocado al sector de los videojuegos, declaró que más del 70% de sus clientes son mayores de 25 años.

“La gran mayoría viene después de su trabajo y se pasan jugando aquí un mínimo de 2 horas, aunque hay quienes tardan más, entre 6 y 8 horas”

Abundó que durante el juego, suelen gritar y expresarse muy escandalosamente, “pero fuera de juego son personas muy tranquilas y amigables”.





ENTRE EL TRABAJO Y LA FAMILIA
Jacob tiene 29 años y vive con su esposa y su bebé. Es maestro de primaria y según recuerda, desde niño manifestaba su gusto por el anime (animación japonesa), las caricaturas, cómics, manga (historieta japonesa), videojuegos, libros y series de televisión.

Declaró que hoy en día, ha logrado un equilibrio entre el trabajo y sus aficiones, ya que diariamente dedica su tiempo libre a distraerse con ellas.

“No lo veo como algo negativo porque nunca me ha llevado a un problema laboral o social; no obstante, en el caso de los videojuegos te pueden llegar a absorber por horas y horas, lo que te podría causar esos problemas. En ocasiones uno quiere un momento para uno, para jugar videojuegos o ver series, pero no se puede sacrificar el tiempo de la familia. Por el contrario, la familia o relaciones sociales terminan afectando los pasatiempos ‘frikis’ porque uno ya no tiene tiempo”.

Declaró que sus aficiones le han apoyado en el trabajo, ya que le permite acercarse a sus estudiantes en cuanto a las tendencias que les interesan e incluso implementar estrategias de enseñanza que les llamen la atención usando a sus personajes favoritos como gancho.

“La mayoría de las personas conforme va creciendo va olvidando o dejando esto de lado; en lo personal considero que el gusto no se acaba, solo es el interés en el momento, pero siempre las aficiones están presentes”.

“Es un motivo de orgullo decir que tengo un pasatiempo sano y que es parte de la cultura. La gran mayoría de los frikis, somos lectores activos”.

Por su parte, Alejandro tiene 32 años y es maestro de bachillerato; entre sus pasatiempos están los videojuegos y la colección de figuras, así como las series y películas.

En sus gustos, él encuentra muchas ventajas: “Como en el caso de los videojuegos que a uno le ayudan para mantener ciertas habilidades cognitivas que a veces uno no entrena al diario en el trabajo o que ha dejado en desuso”.

Mencionó que en su trabajo “hay compañeros que no entienden bien por qué los jóvenes se distraen con las tecnologías actuales, con sus hobbies”, pero que él trata de usar esos gustos que comparte con ellos para que se familiaricen con actividades que les llamen la atención.

No obstante, advirtió que este tipo de vida conlleva un riesgo: “Como todo tipo de hobbie, hasta cierto límite es sano, pero si llega a caer en una obsesión se convierte en un vicio, y un vicio ya es algo totalmente negativo para la vida de una persona”.

Dijo que llegó un momento en sus últimos años en la universidad en la que el pasar muchas horas diarias viviendo su afición provocó que descuidara otras prioridades en su vida como buscar mejores oportunidades en la escuela o en el ámbito laboral.

“Con el paso del tiempo uno solo va priorizando el trabajo, la familia u otros grupos de compañeros que no tienen esas aficiones. Te vas dando cuenta que el tiempo dedicado a ser ‘friki’ lo vas disminuyendo conforme te interesas en otras cosas”.




LAS ETIQUETAS NEGATIVAS DEL ‘FRIKI’, CUESTIÓN DE EDUCACIÓN
“Muchas personas te pueden ver y criticar tu estilo de vida: ‘mira se la pasa jugando, viendo la tele o leyendo”, afirmó Antonio, de 25 años.

“Esta vida me ha conseguido etiquetas negativas familiares del tipo ‘sigues haciendo eso, sigues viendo eso’. He pensado en dejarlo porque te aburres. Pero las aficiones o gustos no son fáciles de cambiar”.

Dijo que además de esto, el estilo de vida ‘friki’ no es barato.

“Uno gasta en lo que juega, en el cyber, o comprando objetos dentro de los juegos con dinero real”.

Cristian, técnico en computación de 23 años, declaró que entre los ‘frikis’ hay niveles de enajenamiento.

“Hay algunos que no tienen trabajo ni otro sustento más que el de su familia, y sus familiares les permiten estar encerrados en su mundo jugando o leyendo cómics o manga; hay otros que solo dedican su tiempo libre a su pasatiempo”.

Añadió que muchos de los problemas originados por estas prácticas surgen a raíz de una carencia de valores.

“Las nuevas generaciones ‘frikis’ no están educadas. Faltan a la escuela para asistir a eventos o dejan de hacer sus tareas escolares por jugar. Debe haber una fuerte educación con valores para no caer en esos errores”.





LA VIDA ‘FRIKI’ COMO ANTÍDOTO CONTRA LA VIOLENCIA
A pesar de ser considerado un hobbie o pasatiempo, las razones para conocer el frikismo son variadas, y los motivos para para continuar con esas actividades difieren entre cada persona.

Carlos, de 28 años, dijo que su estilo de vida aficionado al anime, manga y videojuegos, le han permitido dejar de lado ciertos riesgos en su vida.

“Si no hubiera conocido esta clase de cosas, estaría en la cárcel, por una u otra cosa. Este pasatiempo es más sano que otros hobbies como irse a tomar alcohol”.

Asimismo, relacionó que el preferir quedarse en casa le ha permitido lidiar de mejor manera con la situación de inseguridad en el país, ya que no se expone a la delincuencia imperante en las calles.

“Mi familia me ha dicho: ‘Preferimos que estés aquí en la casa con tu computadora a que andes en la calle”.

De acuerdo con José, de 26 años, ingeniero industrial, el frikismo le ayudó a salir de una difícil etapa de su vida.

“Gracias a estas aficiones, creo que aún sigo vivo. Realmente antes tuve muchos problemas. Hubo una temporada en que pude sumirme en el alcohol y otras adicciones pero no lo hice porque encontré la manera de olvidarme de todo en los videojuegos. Conocí muchos amigos y me envolví en un mundo en el que me sentí más cómodo que en el resto de mi tiempo”.

Sin embargo, advirtió que lo que lo salvó, estuvo a punto de orillarlo a un fuerte aislamiento social:

“Jugaba hasta 12 horas al día. Mientras yo estaba jugando, me olvidaba de mi familia, la descuidaba. Me llamaban a una convivencia, y yo prefería pasármela jugando que ir con ellos.

“Hubo una temporada en la que me pasaba jugando con un grupo de amigos y nos tachaban de una secta satánica, lo que me molestó mucho”.

Hoy en día, desempeñándose como técnico en una compañía, aseguró que ha logrado mediar sus responsabilidades y prioridades con su tiempo libre, sin abandonar por completo su afición.



UN MODO Y META DE VIDA
Roberto tiene 33 años y ha dedicado más de la mitad de su vida primero en disfrutar de sus pasatiempos como ver anime y leer manga, para después especializarse en el tema por medio de la investigación.

Desde hace 18 años es blogger, podcaster y escritor sobre temas de lo que él denomina ‘fandom animanga’ o aficionados del anime y manga.

Hoy en día es dueño de un ciber café, y dedica un par de horas diarias a sus aficiones.

Señaló que aunque ha marcado bien la diferencia entre su trabajo, familia, relaciones sociales con su gusto por sus pasatiempos, una de sus metas de vida es “escribir del tema para algún periódico o revista de circulación nacional, y que me paguen por ello”.

Aseguró que uno de los principales motivos por los que un adulto conserva esta clase de aficiones es la nostalgia.

“Un poco estrategia de consumo, un poco voluntad, un poco disfrutar la vida con bonitos recuerdos, un poco de todo. No le podría echar ‘la culpa’ a una sola cosa”.

Dijo que toda generación es susceptible, siempre y cuando se sepa qué nervio presionar.

“Hablamos del resultado de campañas de mercado, especialistas de imagen y terapistas de medios que por más de 70 años, nos tienen el agua medida. Ellos son realmente la verdadera vanguardia”.


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