viernes, 8 de abril de 2016

El Clérigo que miró la Luna

Este blog, o una versión muy antigua del mismo, nació hace unos 10 años. En aquél entonces, el internet se abría paso para atraparnos en una vida aún más sedentaria de la que ya la televisión se había encargado de condenarnos.

Era el tiempo en de los pequeños celulares con solamente el servicio de SMS para mensajería y el juego de la viborita como máxima distracción.

MSN Messenger reinaba en esos años y todos teníamos una cuenta de Hotmail para poder usar ese simpático programa de chat en el que comenzó la era de los emoticonos y los añorados zumbidos.

Otro de los servicios que ofrecían las cuentas de Hotmail eran los llamados Espacios (Windows Live Spaces, antes MSN Spaces), que eran una página de internet donde podías poner tus textos, fotos, e incluso algunos gadgets de música y video. Ofrecían una gran variedad de opciones para personalizarlos y permitían recomendar otros Espacios. En una época en el que aún no se popularizaban tanto los blogs, los Espacios amateur gozaron de gran popularidad durante algún tiempo.



Así nació El Clérigo mirando la Luna. Un Espacio con fondo negro y letras rojas, donde pequeños cuentos y poemas, cartas y reflexiones de un adolescente encontraban un lugar para ser mostrados. Aún no había tanto riesgo, o más bien, pocos sabíamos de los peligros de exponer tu vida en la red, y el Espacio era tu medio de expresión: lo actualizabas y esperabas los comentarios de tus amigos.

No duró muchos años. Luego de la  popularización de plataformas como Hi5, Metroflog y el Facebook, en algún momento (2011) los Espacios dejaron de existir debido a su baja cantidad de visitas. Con ellos se quedaron muchísimos recuerdos y algunas obras de arte de aquéllos jóvenes y adultos que comenzaban a adentrarse en el mundo que después se denominaría "redes sociales".

Algunos aceptaron el cambio de plataforma y se convirtieron en bloggers, algunos, como yo, dejamos los textos y fotos perdidas, esperando el momento en que las letras volvieran a cosquillear en la punta de los dedos...


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