Era el tiempo en de los pequeños celulares con solamente el servicio de SMS para mensajería y el juego de la viborita como máxima distracción.
MSN Messenger reinaba en esos años y todos teníamos una cuenta de Hotmail para poder usar ese simpático programa de chat en el que comenzó la era de los emoticonos y los añorados zumbidos.
Así nació El Clérigo mirando la Luna. Un Espacio con fondo negro y letras rojas, donde pequeños cuentos y poemas, cartas y reflexiones de un adolescente encontraban un lugar para ser mostrados. Aún no había tanto riesgo, o más bien, pocos sabíamos de los peligros de exponer tu vida en la red, y el Espacio era tu medio de expresión: lo actualizabas y esperabas los comentarios de tus amigos.
No duró muchos años. Luego de la popularización de plataformas como Hi5, Metroflog y el Facebook, en algún momento (2011) los Espacios dejaron de existir debido a su baja cantidad de visitas. Con ellos se quedaron muchísimos recuerdos y algunas obras de arte de aquéllos jóvenes y adultos que comenzaban a adentrarse en el mundo que después se denominaría "redes sociales".
Algunos aceptaron el cambio de plataforma y se convirtieron en bloggers, algunos, como yo, dejamos los textos y fotos perdidas, esperando el momento en que las letras volvieran a cosquillear en la punta de los dedos...
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